Contra la caritat

La caridad siempre ha estado llena de buenas intenciones pero nunca ha dejado de expresar una relación de desigualdad. Hoy, esta disposición a hacer el bien hacia los más desfavorecidos, canalizada a través de instituciones y empresas, y gratificada fiscalmente o en términos de imagen, no hace más que agravar la división entre la minoría rica y la gran mayoría pobre.

Si queremos que la libertad, la justicia y la dignidad rijan la vida de toda la humanidad, debemos abandonar la caridad y reivindicar el derecho de una existencia materialmente posible, y la renta básica incondicional para toda la población puede ser una de las vías para conseguirlo.

Julie Wark y Daniel Raventós defienden esta propuesta y dan argumentos para demostrar que es económicamente factible. No es la única solución para revertir las enormes desigualdades planetarias, pero atenuaría el impacto de una pobreza insufrible.